Mila Ruiz
Socia de la sede de Madrid de la ELP
Sin mencionar palabra

En la espléndida Sala Alcalá 31, está expuesta parte de la obra escultórica de Juan Muñoz desde el 14 de febrero hasta el 11 de junio del presente año 2023 en la exposición Todo lo que veo me sobrevivirá . Es esta una sala con dos alturas, sugerentemente comunicadas por unas escaleras que parece que nos llevaran “entre bastidores” por su disposición, la iluminación cambiante, las cortinas…, casi especialmente diseñada para esta muestra, ya que la idea de doble espacio, lo que ocurre arriba y lo que ocurre abajo, así como la teatralidad está casi siempre presente en la obra de Juan Muñoz.
La relación existencial del espacio, lo expuesto versus la realidad, el riesgo de la existencia y el compromiso, el sometimiento emocional, la fragilidad, la posible fatalidad del destino, el éxodo, el naufragio, el trauma, el viaje perpetuo, el cobijo de la representación, la trampa del reflejo en el espejo, la posibilidad de cambio, la espera sin esperar nada, la impaciencia espacial, el linde, el límite, ¿el litoral?, la risa, el chiste, la caída contingente, la representación, lo social, el encuentro con lo extraño, el crimen, lo oscuro, la amenaza, interior y exterior plegados sobre sí mismos, lo siniestro, la falta, el deseo, …de todo esto nos habla Juan Muñoz sin mencionar palabra. Es un discurso artístico en el absoluto silencio de sus instalaciones con personajes congelados en sus gestos, cubiertos de su secreto infinito en situaciones paradójicas, comportamientos de formas que van entrando y saliendo en el espacio según las contorneamos al observarlas. La disposición de las obras y sus dimensiones te atrapan convirtiéndote, si te dejas, tanto en voyeur como en participante de las escenas. La pregunta es casi inevitable, ¿somos parte de esas historias mudas o es que nos hemos metido en el relato de otro?
Guiado quizá por su confianza plena en la capacidad del ilusionismo, según nos explica su viuda, Cristina Iglesias, también gran escultora, conociendo après coup lo súbito de su muerte a los 48 años a causa de ‘un aneurisma de esófago’, y la inmediata dilatación y rotura de una arteria, que le provocó una gran hemorragia interna y desencandenó con rapidez un irreversible paro cardíaco, ¿podríamos decir que con la tremenda potencia de su obra ya nos anunciaba el presagio de semejante final?, ¿era para él una muerte anunciada, es que él ya lo presentía?. Jamás lo sabremos.

De sus propias palabras, podemos seguir alguna pista, como cuando dijo en una entrevista: “A veces tengo la impresión de que mi obra reciente es sobre la espera, esperando algo que podría no ocurrir jamás, por otro lado temiendo que ocurra, incluso deseando que nunca pueda ocurrir. Es como mantener la obra en ese estado que llamamos deseo, simplemente aguantarla ahí, ese anhelo, esa incertidumbre, mantener la obra en ese punto preciso. O como observar una puerta que alguien puede abrir un día”.
O cuando dijo, “Hay dos únicas cosas imposibles de representar, el presente y la muerte. La única manera de llegar a ellas es por ausencia.”
Reconocemos a Juan Muñoz que se ha hecho inmortal en su obra en lo que nos dijo: “Es un oficio hermoso la escultura, es un oficio de hombres libres…me gusta la posibilidad de construir una gran emoción, como los músicos y los poetas…”
“yo recuerdo una vez, y a veces recuerdo una y otra vez”
“Redefinición de la escultura…es un oficio de creer en el ojo, y también de sospechar del ojo…debajo de cada escultura hay una sospecha…me gustaría que la obra permanezca enigmática para mí mismo, si la comprendo pierdo interés.”
“Rememora la plenitud del sonido, provoca la imaginación del sonido…la voz, lo que no se oye, pero se intuye… mundos parcialmente revelados y a la misma vez parcialmente ocultos.”
Quería construir la conversación imposible, ¿Es que Juan Muñoz sabía y podía mostrarnos algo de lo real?
En palabras del actor y gran amigo suyo, John Malcovich, “Toda creación es un acto contra la fealdad, la crueldad y la muerte. Para hacer esto los artistas deben ser capaces, de una manera mágica, encontrar la belleza en lo mundano, en lo cotidiano, en el día a día, en lo feo, en lo morboso y en lo temporal. Y creo que Juan tenía un gran talento para eso. Creo que Juan era ese tipo de mago.”
Como todo gran artista, el tiempo no puede debilitarle, solo lo refuerza.
Mila Ruiz.
*para el que quisiera deleitarse un poco más con este gran artista os dejo un link a un vídeo de 01h de duración.
https://www.rtve.es/play/videos/imprescindibles/juan-munoz-poeta-del-espacio/5913770/

Margarita Sánchez-Mármol
Socia de la ELP sede de Madrid
Entrevista a Claudio Palazzo sobre la exposición: detrás de la piel.
Círculo de Bellas Artes 06/02/23.
Nací en Viña del Mar, Chile (1966). Me crié desde los dos años en Buenos Aires, Argentina. Allí descubrí de pequeño mi inclinación por el arte plástico y la poesía. Una vez finalizado el bachillerato pedagógico, en 1985 partí a California, donde estudié diseño gráfico e imagen digital, en Los Angeles Valley College y el Pasadena Art Center. Recalé en la industria textil del surf & skate. En 2008 vine a España, aceptando la dirección de un equipo de diseño para una empresa de ropa deportiva. Pero fue en el 2011, cuando frente a una encrucijada entre el trabajo, carrera profesional y vida, que decidí dedicarle el resto de mi vida a crear el arte que siempre sentí haber pospuesto.
- ¿Cómo encontró su camino en la pintura?
Creo que la pintura y el dibujo ya estaban en mí, quizás en el subconsciente. No puedo decir que yo lo encontré. Mas bien diría que la vida me puso ciertas lecciones en el camino para que al final escarmentara y me rindiera al arte.
- ¿Cuándo comenzó a dibujar?
Como todos los niños, siempre dibujé. No recuerdo una edad exactamente. En cambio, sí recuerdo épocas en las que no dibujaba o rara vez lo hacía. Como en años de mi adolescencia.
- Cuando no dibujaba en su juventud ¿qué le gustaba hacer en su tiempo libre?
Jugaba al futbol, al tenis, jugaba en la calle, compartía mucho tiempo con mis amigos. Y leía y escribía poesía a escondidas. También disfrutaba y disfruto aun de escuchar música en alta fidelidad. Tengo algo de audiófilo, pero no llego a melómano.
- ¿Qué es lo que más le hace disfrutar en el proceso creativo del dibujo?
La incertidumbre, el riesgo de no saber exactamente el resultado final. También me ocurre con la abstracción. No concibo el arte sin riesgo, sin sangre, sin barro, sin cicatriz.
- ¿Tiene un método de trabajo o suele buscar la inspiración?
El único método es hacer, volver a hacer y seguir haciendo. Acumular horas en el estudio, ser lo más regular posible y no esperar nada a cambio, como si ya todo estuviera perdido. Y con suerte, entre las obras que surjan, encuentres una que digas: “No está mal, quizás estuve inspirado ese día”.

- ¿Cómo inicia su proceso creativo?
En el caso del dibujo de modelo, solo hay que estar presente. Y quiero decir mentalmente presente, es lo esencial e indispensable. Contemplar, observar, respirar, acariciar el papel antes de lanzarse al primer trazo. Explorar la figura, recorrerla con los materiales como si estuviera esculpiendo. Y en cuanto me siento demasiado cómodo, cambio de materiales y técnica.
- ¿Cómo se le ocurrió este título para la exposición?
Es al lugar donde espero llegar cuando dibujo el cuerpo humano. Y en contadas ocasiones, creo, lo he logrado. Busco el origen de la mirada, de la cicatriz, del cansancio, la sonrisa. Busco a ese ser intangible que vive detrás de la apariencia.
- Antes de empezar a dibujar a la modelo ¿en qué parte del rostro o del cuerpo suele poner su atención?
Depende de la pose. Dónde se apoya su peso, que sugieren las manos, que me sugiere con su rostro. La modelo es un todo y la pose es solo una parte de su historia que nos cuenta
- ¿Qué intenta encontrar cuando dibuja un rostro?
Primero, es muy importante que la persona quiera estar ahí, presente. Aunque su mente vuele. Porque si se relaja y confía, transmite donde van sus sensaciones. Después hay todo un territorio por explorar. El rostro es un paisaje infinito.
- ¿Cuáles son los materiales y colores con los que se identifica a través de su obra?
En el dibujo vario mucho, entre la tinta, la pluma, crayon, pastel al óleo, carboncillo, grafito, acuarela y la mezcla y combinación de todos estos.
En la pintura, primordialmente acrílico y todos los materiales que pueda trabajar con agua.
Siempre sobre papel, gran formato o pequeño, pero en papel. Es lo más cercano a la dermis del ser humano a la hora de dejar rastros de historia de la obra, como si fueran cicatrices.
- ¿Se dedica a algún otro arte como la fotografía, la escultura o la escritura?
Sí, algo de las tres, primordialmente la fotografía ya sea a nivel abstracción y también a modo comercial. Tengo épocas en las que escribo poesía. Últimamente muy poco. Y en la escultura he hecho muy poco, pero una de mis obras fue elegida para la exposición de otoño en la Casa de Vacas de Madrid, hace unos años. Así que tengo que volver a ello.
- Si tuviera que elegir tres pintores a los que admira, ¿quiénes serían?
Picasso, De Kooning, Goya.
- ¿En qué medida afectan la influencia de estos pintores en su obra?
Es algo difícil de cuantificar. Quisiera creer en la búsqueda de mi verdad a la hora de crear, la honestidad de la obra, el inconformismo a la hora de encasillarse en una sola forma de hacer.
Margarita Sánchez-Mármol.