Por Mónica Unterberger – Miembro de la ELP y de la AMP, Miguel Angel Alonso – Socio de la Sede de Madrid de la ELP, Margarita Sánchez-Mármol – Socia de la Sede de Madrid de la ELP

En este acto de cierre, voy a destacar tres puntos interés.
En primer lugar, me gustaría situar el marco en el que se inscribe, funciona este espacio de ENCUENTROS CON EL ARTE.
1- Desde el inicio de la andadura del espacio ENCUENTROS CON EL ARTE, en la ELP, en el año 2016, nuestra propuesta ha sido la de establecerlo como un puente entre el psicoanálisis, su episteme, su práctica y el arte, su creacionismo y sus artistas.
LA BRUJULA- ACIMUT, revista digital de la Escuela de nuestra Sede de Madrid, recoge las actividades diversas que ésta dispensa: conferencias, presentaciones de libros, cursos, intervenciones clínicas y epistémicas, etc. En ella, también podrán encontrar, los que así lo deseen, la serie de artistas invitados a lo largo de estos 6 años a la vez que artículos, notas, comentarios relativos al campo del arte.
Encontrarán, ya os lo digo, un interesante artículo de Rafael Peñalver sobre el color y el arte abstracto.
2- Segundo, De por qué FINISSAGE?
El 30 de enero de 2020, inauguramos nuestra 7ª. Exposición con la obra de Rafael Peñalver.
En marzo de 2020, llegó el virus y la declaración de pandemia, con el confinamiento y la suspensión de toda actividad social.
Cuando salimos del sobresalto del encuentro con un real imprevisto, Rafael nos planteó dejar la obra expuesta en la sala “mientras tanto” se volviera a la llamada normal actividad.
Ese fue su amable ofrecimiento que entendimos como una generosidad de su parte, muy propia de su estilo de ser.
A raíz de esta oferta fue que sus cuadros permanecieron hasta hoy, no sólo cuidando e iluminando la sala sino acompañando la lenta recuperación de las actividades de la Escuela, de la Sección Clínica de Madrid como también de las reuniones de trabajo de la Junta Directiva.
A modo de reconocimiento de esa generosidad, el espacio de ENCUENTROS CON EL ARTE, quiso reunir a miembros, socios de la comunidad analítica -como a todos aquellos amigos del arte-, a éste merecido acto de clausura.
3. Tercero, LA OBRA.
El color, es el rasgo propio en su obra. También, observamos un rasgo singular en las diversas exposiciones que ha realizado: la constante presencia del discurso, en las diversas forma en la que lo trae : ya sea el poema, el relato, o bien la narrativa, con la que acompaña cada uno de sus cuadros.
Pinceladas bravas, impetuosas, en cada cuadro en las que el pincel culmina el gesto del artista. Juego de los tonos, cortes, matices, densidades, aperturas hechas para atrapar ahí al espectador.
¿Qué quiere mostrar el artista tras el velo de esos trazos? Qué lo fuerza a ese ¡HAZ VER! imperioso?
No lo sé.
Pero de algo no tengo dudas. Es que todo artista, especialmente notable en la pintura en la que el centro esta puesto en el campo de la mirada, da a ver algo que a la vez que escapa a toda conciencia y a todo “pienso”, ofrece esa trampa para el ojo que atrapa nuestra mirada, la del que contempla y la suspende, durante ese instante de ver, de caída en la trampa del placer que así , velado encuentra allí una satisfacción.
Finalizo.
Como lo confirmamos día a día, la tarea del pintor Rafael Peñalver continua en ese hacer ver incansable en el que cada cuadro encuentra su renovación.
Gracias por tu arte y tu estilo.
Mónica Unterberger
Miguel Angel Alonso
Margarita Sánchez-Mármol.
Madrid, 16 de septiembre 2022.
Palabras de Miguel Ángel Alonso para la clausura de la séptima exposición de Pintura en la ELP.
Séptima exposición en el espacio Encuentros con el Arte. Clausura exposición de Rafael Peñalver. Septiembre-2022
Muy buenas noches, muchas gracias por venir. Quiero agradecer vuestra presencia en nombre de la ELP y concretamente en nombre de este espacio, Encuentros con el Arte, que dirige Mónica Unterberger y del cual formamos parte Margarita Sánchez Mármol y yo mismo, un espacio que viene a ser, desde hace años, el alojamiento que encuentran nuestras ideas sobre el Arte. Estamos en el momento de clausura, en el momento de conclusión de la exposición de Rafael Peñalver, a quien, por supuesto, expresamos especialmente nuestra gratitud por su generosidad, por prestarnos esta parte de su obra que, desde su carácter, desde su singularidad, impulsó y estimuló nuestra intención y nuestro deseo de seguir indagando en esos espacios comunes que, creemos firmemente, caminan tanto el psicoanálisis como el Arte. Me refiero, fundamentalmente, a las preguntas que nunca se cierran: ¿Qué es el Arte?, ¿Cuál es el objeto del Arte? o la pregunta sobre el tipo de relación que se establece entre el sujeto y el artista con el objeto, o la cuestión de la representación, la mirada, etc., temas que el psicoanálisis, desde dentro de la cultura, pero desde una posición de irreverencia con respecto ella, mantiene muy vivas, leyendo el arte desde una ética que echa sus raíces en una dimensión singular del ser que tiene que ver con la falta, con la imposibilidad, con el sinsentido, en tanto lo que pensamos como “nuestro” lenguaje no nos entrega la palabra última que pueda disolver esa falta. Ni el arte ni el psicoanálisis cierran en falso esa herida, ambas disciplinas aceptan el encuentro con el enigma, y en su caminar no pueden hacer otra cosa que rasgar consistencias, o directamente diluirlas, como vemos en la pintura de Rafael, para ver si por los quiebres que surgen en esas consistencias, alcanzamos a atisbar algún susurro que nos llegue de la falta. No me voy a extender más, no es momento para reflexiones arduas, sólo, como colofón, quisiera poner de relieve esos lugares que creo comunes recurriendo a la autoridad que otorgan las palabras de María Zambrano escritas en su prólogo al libro de José Bergamín, Fronteras infernales de la poesía: “La palabra que emana inagotable, que se destila como de una herida. Esa herida que todo hombre por serlo tiene abierta, pero que suele querer ocultar o cerrar a toda costa. Esa herida que algunos mantienen acallada, dejándola que se ahonde La herida por donde el alma respira y que a veces deja pasar el grito –el grito que atraviesa el alma—del corazón, de las entrañas. Todo lo que el hombre crea brota de esa herida” (María Zambrano. Del prólogo de Fronteras infernales de la poesía, de J. Bergamín 2008. Huerga & Fierro. Madrid)