Paula Fuentes
Socia de la sede de Madrid de la ELP
“Anatomía de una caída”
El acierto del título se va confirmando según avanza la película. No podía ser un significante mejor que el de caída lo que allí acontece, no es un accidente, un suicidio o un asesinato, sino una caída, primero simbólica y previa al acto, que determinará todo lo que vendrá después.
El paisaje forma parte de la idea central, siendo casi un protagonista más, una casa grande, de tres plantas, localizada en los Alpes de la llamada Francia moderna, un lugar a 1400 metros de altura, que, junto con la nieve y la lejanía de la gente, se suman al concepto de distancia y frialdad, presentes durante toda la cinta.
Destacaría cinco ideas fundamentales:
1. El lenguaje y la música: Tres idiomas distintos, uno distinto para cada uno de los dos adultos, francés y alemán, y otro decidido como común hacia los otros, inglés, como intento de acuerdo para compensar algo que es imposible compensar. El esfuerzo de la madre, por encontrar las palabras en francés, una lengua que conoce pero que no es la suya materna, deja constancia de la dificultad, el malentendido, la interpretación y la imposibilidad. El manejo del inglés como lengua aclaratoria para ella o con la que más se maneja sigue sin ser materna, cumpliría cierta función de universal (casi) para hacerse entender por los otros, pero que también genera la idea de lejanía, bien encajada para su personaje.
La música presente como lenguaje, y determinante desde los primeros minutos, una canción inicial, PIMP – de Bacao Rhythm & Steel Band, marca el ritmo de los hechos, anunciando algo revelador que ocurriría después. Al principio será la caída, después, más adelante y a través de las piezas de piano del hijo, serán las decisiones.
2. La muerte y la pérdida: la muerte parece ser lo primero, pero solo es un hecho. Algunos tratan de determinar si la muerte fue violenta por lo que puede decir un cuerpo sin vida, e inventan lo que no saben interpretando otras situaciones para intentar llegar a algún sitio, quizá a la verdad, aunque también quizá a una simple conclusión o decisión a modo de cierre. La muerte no es lo importante, lo importante es la caída, pero funciona como un gran agujero desconocido en torno al que se puede decir poco. ¿Qué se gana y qué se pierde cuando alguien muere? ¿Qué debe uno esperar cuando gana? Estos serán solo algunos de los interrogantes que surgirán a lo largo de las dos horas y media de cinta.
3. La verdad: No a todos les interesa. Más bien se busca algo a lo que agarrarse. La verdad a veces aparece y otras veces se trata de creer o no creer, pero no exactamente de la verdad. Y como dice Daniel, el hijo, en un momento del juicio, muy bien destinado a causar impacto en el espectador a través del impacto que causa en la jueza, “cuando no se sabe cómo sucedieron las cosas, hay que preguntarse el por qué..” pudiendo así acercarse a alguna verdad que permita descansar. La voz del psicoanalista que da cuenta de la angustia del personaje del padre, también evidencia la idea de búsqueda de la verdad. ¿Qué hacer con la verdad? ¿Qué hace un hijo al escuchar ciertas verdades de sus padres? Angustia y liberación se suceden y acompañan a la verdad, dando cuenta de lo real y del declive del otro amado.
4. La mirada: un hijo casi ciego que no puede ver con sus ojos es el que lo ve. Al principio el hijo es quien encuentra al padre muerto, y al final es quien por fin lo ve, aprés coup puede interpretar lo vivido en el pasado y entender, y también elegir. En este punto también nombraré al perro, quien también lo ve casi todo, pero que no puede hablar y cuyo cuerpo se utiliza como canal de expresión de una verdad.
5. La elección: todos elegimos, todos eligen en la película. El hijo es quien presencia la caída del padre, la primera, la simbólica, la real, la que él mismo le adelanta y que él después entenderá, pudiendo encajar el declive de un padre con desvelamientos de verdades incómodas-siniestras sobre ambos padres. El padre elige la melancolía y la muerte, la madre elige la vida y el deseo, y el hijo elige a la madre, precisamente por eso, porque ella elige no (dejarse) caer.
Los efectos de la caída de un padre, aunque dolorosos resultan liberadores, porque suponen una verdad, acerca de la vida y de la muerte.
Olga Montón
Miembro de la ELP y la AMP
154ª Tertulia del Séptimo.
Coordina y presenta “Pobres criaturas”
Pobres criaturas es una historia transgresora basada en la novela homónima que Alasdair Gray publicó en 1992 y está ambientaba en 1979, con el gobierno conservador de Margaret Thatcher. Esto permitió al escritor imaginar un mundo donde los derechos sociales habían retrocedido, tanto que el autor envolvía la historia en esa edad victoriana. Por otro lado, en la novela la protagonista representa una especie de monstruo de Frankenstein femenino, simbolizando al movimiento feminista de los 70” y la liberación femenina que permanece de absoluta actualidad.
La trama de la película se centra en Bella Baxter, personaje que interpreta, con una actuación espectacular, Emma Stone. Bella vive en un Londres steampunk, subgénero literario nacido dentro de la ciencia ficción de la década de 1980 que incorpora tecnologías retrofuturista (tecnología con vapor) y estéticas de la época victoriana. El steampunk junto con el ciberpunk y el dieselpunk se engloban en el movimiento retrofuturista y el género distópico y la ficción especulativa tan de moda en las series.
Curiosamente el director, Yorgos Lanthimos, escoge esa época para ubicar esta película surrealista, lo que le confiere un desarrollo estético y visual que posiblemente le lleve a ganar algún Oscar de las once nominaciones que tiene. Ya ha ganado el León de Oro del Festival de Venecia como mejor película y dos Globos de Oro entre otros premios. Es una película radical, exuberante y creativa. En definitiva, un cóctel explosivo de vindicación feminista y crítica al capitalismo.
Bella Baxter es una joven revivida por el brillante y poco ortodoxo científico Dr. Godwin Baxter. Es una niña con el cuerpo de una bella mujer, que vive manejada por sus pulsiones infantiles, no regidas ni ordenadas por lo simbólico.
Bella va aprendiendo a hablar y caminar en sus tiempos infantiles. Pero aparece el mundano, sofisticado y perverso abogado Duncan (Mark Ruffalo) alterando su desarrollo.
Parecería que esta película no ignora Las teorías sexuales infantiles de S. Freud, 1908. Pobres criaturas nos muestra cómo la interferencia de la sexualidad adulta (pornografía, abuso) en la investigación y desarrollo del infante (entorno a los 4-5 años), puede hacer estragos en ese desarrollo, cuando todavía no hay un saber subjetivo para enfrentar la sexualidad con un partener. Tocar el goce en el cuerpo a temprana edad, sin que se hayan dado las operaciones psíquicas, que permitirían poder inventar la respuesta que conviene a la pulsión, lo que mantiene al sujeto en el capricho.
Freud señala dos operaciones que deben realizarse en relación al otro (en general la madre o cuidadora) para poder inventar la respuesta que conviene a la pulsión, que conecte con su predilección pulsional. Debe inventarse algo que sintonice con su singularidad. Al mismo tiempo define la naturaleza del saber en juego sobre el nacimiento de los niños, la sexualidad y la muerte. Primero para poder inventar esa respuesta que conviene a la pulsión el sujeto tiene que separarse del otro. Es necesario barrarlo. ¿De qué manera? Es una operación parcial sobre el saber del otro. El sujeto no cree en el saber del otro, en relación a ese tema, lo destituye como sujeto supuesto saber e introduce la desconfianza. Aquí es cuando Bella se va de casa, no todo el saber está en el “padre”, y el Dr. Baxter la deja ir en contra de la opinión del prometido. En la segunda operación el sujeto oculta su desconfianza y sus investigaciones, el otro puede ser engañado, se le puede mentir, no puede conocer sus pensamientos. Ha descubierto que el otro le miente (Ejemplo: el caso de los reyes magos o el ratoncito Pérez). Es en cierta medida una perdida parcial de la omnipotencia del otro, una forma de introducir algo del NO todo. Si esto lo puede hacer será fundamental para su futuro. Esto lo descubre Bella en su relación con Duncan cuando acompañada de Harry ve la pobreza y muerte del pueblo mientras ellos están en la abundancia. Ve el mundo exterior que se le había ocultado hasta entonces. (entorno a los 7-8 años, antes se decía: ya tiene uso de razón).
Freud señala que el discernimiento temprano será mantenido en secreto y luego reprimido y olvidado en relación con los ulteriores destinos de la investigación infantil. Hay por una parte la represión neurótica, podemos decir, y por otra la represión necesaria. Cuando el niño ha alcanzado una respuesta que le sirve en relación con el goce, no quiere saber nada más, es suficiente para asegurar su goce pulsional y poder ocuparse de otras cosas, como los juegos repetitivos, donde el sujeto ensaya y fija lo inventado en un ejercicio de dominio. A partir de aquí debería abrirse un periodo de latencia donde se inician los aprendizajes para que se haga el nudo de su subjetividad. Como decía Kant, no se puede dejar al sujeto librado a su apetencia porque se transforma en incivilizado, lo que trae efectos en los cuerpos. Como actualmente vemos en el caso del TDAH.
Tras ese periodo de latencia, que actualmente parecería que ha desaparecido, el joven adolescente pondrá en juego su invención singular con una pareja, con la base de lo anterior.
Por otro lado, frente a esa pulsión infantil y caprichosa, como cuando pretende matar a un niño que llora en un restaurante porque la irrita el grito, aparecen en el crucero Marta y Harry, quienes abren su mente a la filosofía y la cultura, hay otros goces y otras respuestas a las preguntas sobre la sexualidad y la muerte, es el verdadero encuentro con la cultura que cambiará su destino. En todo caso el sujeto infantil no es un sujeto pasivo, si no que tomará en cuenta lo que puede tocar algo de su goce más propio, ese es el mecanismo de aceptación y selección más singular que cada uno hacemos. El psicoanálisis muestra cómo el niño no es solo un sujeto de goce, si no también un sujeto de saber, tiene un saber sobre sí mismo. Esto es lo que valora el psicoanálisis. Esto es lo que vemos en Bella, su desarrollo en relación al saber.
Posteriormente su investigación lleva a Bella a un burdel de París donde pone en juego la pregunta adolescente: ¿cómo se hace? El sujeto tiene que inventar sobre la base de lo anterior, por eso no le va bien cualquier cosa y por eso esa pregunta no se calma hasta que no tiene la experiencia. Actualmente hay un problema con la información en internet, porque frente a las teorías sexuales de cada uno viene la pornografía, lo que produce un goce en el cuerpo que le sirve al sujeto para paliar el encuentro con el otro que se da en la adolescencia. Con la pornografía no hay una solución singular, con lo que la pregunta queda abierta. En general una cosa es la información, ilustrar sobre la sexualidad y otra incidir en la subjetividad. El goce en juego impide tomar algo de ese saber en las clases sobre sexualidad. Hay un punto de imposibilidad, el sujeto debería renunciar a su modo de goce para aceptar las campañas publicitarias en relación con estos temas, como las campañas en contra de la violencia contra las mujeres, que parece que no bajan las cifras de violencia contra las mujeres. Pero es finalmente cuando Bella consigue su propio anudamiento entre goce y saber. Esto lo consigue gracias a sus lecturas, la cultura y la apertura al mundo. Este anudamiento entre goce y saber le permite hacer su propia elección y enfrentarse a los hombres que pretenden mantenerla obediente y sumisa. Le permite tomar las riendas de su destino e identificada al “padre”, al doctor Baxter, se hace médico investigadora.
Presentación de “Atravesar paredes – La locura de la psiquiatría al psicoanálisis“ Francesca Biagi-Chai
Viernes 1 de marzo de 2024, 18:30 hs.
Lugar: Librería Enclave de Libros
Calle de los Relatores 16, Madrid
Indisociables en el tratamiento de la locura, psiquiatría y psicoanálisis no deben excluirse el uno del otro, sino muy por el contrario, enriquecerse el uno del otro”.
Esta es la orientación de Francesca Biagi-Chai, psiquiatra y psicoanalista; quien, a lo largo de entrevistas realizadas por dos psicólogas, desgrana los fundamentos de la clínica de la psicosis, desde la pragmática de su experiencia en la práctica hospitalaria.
Biagi-Chai, creadora del “hospital de día” en el hospital Paul Giraud de París, se dirige en este libro a profesionales de la salud, pero también a pacientes y familias. Ilustra lo que nos puede enseñar esta clínica, y el valor que es posible aportar desde las instituciones. ¿Cómo operar en la psicosis sirviéndose de las herramientas institucionales?
Se trata de un texto rico en casos clínicos, que permite ilustrar las cuestiones clave del tratamiento y teoría de la psicosis, hilvanadas en la lógica del caso por caso.
Tendremos, en esta ocasión, la oportunidad de conversar con ella de qué manera la clínica en los lugares de atención psiquiátrica puede suponer, de manera singular para cada sujeto, un “más allá de las paredes”.
Contaremos con la presencia de la autora.
Le acompañarán:
Araceli Fuentes, psicoanalista, miembro de la ELP y AMP (AME).
Rodrigo Bilbao, psicoanalista, miembro de la ELP y AMP. Doctor en Filosofía por la UCM.
Coordina: Andel Balseiro, miembro de la BOLM y socio de la sede de Madrid de la ELP.
Comisión responsable: Andel Balseiro, Roberto Banegas, Eloísa Cano, Paula Fuentes, Eloísa García, Estrella Garrido, Marjorie Gutiérrez, Julieta Miguélez, Denisse Nadeau, José Alberto Raymondi (director), Jesús Rubio, Alejandro Tolosa, Clara Urbano.
Concha Miguélez
Miembro de la ELP y de la AMP
Presentación de la reedición después de 11 años del libro de Jorge Alemán Soledad: Común
Soledad y Común son dos términos que presentan un vínculo de conjunción y disyunción tal como indica la presencia de los dos puntos entre ellos.
El autor muestra en este libro las diferencias entre lo que se puede deducir en Lacan de lo Común y la concepción de lo Común en diferentes autores que él ha estudiado a lo largo de los años.
Jorge Alemán comenta, que la llegada al mundo de un ser vivo está irremediablemente tocada por el lenguaje, que dará lugar a un acontecimiento de cuerpo y a la irrupción de un goce, en el que quedarán cifradas las coordenadas de ese encuentro con lalengua, neologismo que crea Lacan para diferenciarlo del lenguaje. Este encuentro tiene lugar para todos, por lo que le podemos atribuir un Común.
No obstante, cada cuerpo responderá con una construcción propia singular única e irrepetible que alumbra su Soledad, que es el síntoma. Síntoma que nos hace sufrir, que nos pertenece. Modo singular en que cada uno cifra lalengua construyendo una dimensión incurable de la vida. No hay forma de habitar lalengua si no es por el síntoma que singulariza a cada uno.
Una Soledad estructural incomparable e insustituible derivada de nuestra singularidad. La Soledad marcada por el encuentro traumático del goce experimentado en el cuerpo con las palabras del Otro.
Es esa tensión entre la Soledad y el Común donde surgirá la posibilidad de lazo con los otros. La experiencia de la Soledad sintomática facilitaría lo Común. Un Común que no trate de taponar el vacío de la no relación sexual, que pueda sostenerse en la singularidad inicial y que ésta no se disuelva en las identificaciones grupales.
Así lo pensó Lacan en relación a su Escuela. Una comunidad que pudiera constituirse con las soledades sintomáticas, más allá de las identificaciones homogeneizantes. Una Escuela que esté advertida de que los efectos de las masas están asegurados en cualquier institución. Una Escuela como una agrupación que no estaría regida por un amo, a diferencia del grupo, en el que hay un amo.
Marta Mora Doldán Moreno
Social de la sede de Madrid de la ELP
Resonancia presentación “Soledad común” de Jorge Alemán. En el Circulo de Bellas Artes, Madrid
En la mesa había psicoanalistas: Constanza Meyer, Mercedes de Francisco y el autor del libro, Jorge Alemán; y filósofos: Germán Cano, Carlos Fernández Liria.
El Círculo de Bellas Artes es un marco encantador o por lo menos hasta esa tarde, porque han tapado las ventanas… así que ya no se pueden escuchar las intervenciones descansando la mirada en los tejados de Madrid. Una pena!.
Por Constanza Meyer me enteré que ésta era un revisión y actualización del libro Soledad Común publicado hace 11 años. (Aproveché un momento en el que salí de la sala para comprarlo).
Me pareció importante los dos significantes que rescató y remarcó, uno fue la frase de Jorge Alemán “No hay crimen perfecto” pues dijo que el discurso capitalista no podrá nunca capturar lo que es propio del ser hablante, aun cuando parece que está más cerca de lograrlo. El otro fue URGENTE ante la urgencia de retomar varias cuestiones que enumeró, que se abren a partir del Discurso analítico. Mencionó también otros libros de Alemán que escuché como un hilo de Twitter sobre Soledad común.
Mercedes de Francisco en su lectura, afirmó que este libro es la puesta en acto de las diferencias entre lo que se puede deducir en Lacan sobre lo común y la concepción de lo común en otros autores donde Alemán, en su recorrido por esos autores, muestra como suturan la grieta que Freud y después Lacan abrieron para abordar la cuestión del sujeto. Alemán hace una lectura de Lacan sobre lo político que no es explícita en sus enseñanzas. Y haciendo comparecer a la soledad y lo común, disyuntos y conjuntos al mismo tiempo, alumbra una concepción sobre lo común en Lacan, muy esperanzadora, aunque soledad no sea un significante muy presente en sus seminarios. Sin embargo, en el seminario 20 Lacan nos dirá, como no hay posibilidad de escribir la relación sexual lo que se escribe es esta soledad, estructura, derivada de nuestra singularidad, una soledad incomparable, irrepetible, insustituible, la del goce traumático experimentada en el cuerpo con las palabras del Otro. Esta cuestión es combatida en nuestra época, donde no se le da ningún valor a las palabras que rodean al niño, aunque las palabras sean la estofa de las que estamos hechos. Se preguntó ¿cómo sería un común que pudiera ser una alternativa a la deriva de Psicología de las masas de Freud?.
A ella le parece que Alemán, aunque sabe del pesimismo lúcido de Freud, siempre le parece que tiene en el horizonte un anhelo donde los humanos puedan hacer de sus vidas algo menos miserable y más digno. El amor menos tonto del que el autor habló puede que sea su cura, resquicio que dejó Freud, cuando afirmó que para enfrentar a thanatos no está el bien, sino el amor.
El autor nos muestra de un lado imposible, real, vacío, no saber, lalengua, y del otro soledad, síntoma, singular, necesario. Soledad y común participan de ambos vectores, intrincados en el libro. En lo singular de la soledad que se escribe está lo imposible que lo causa, en lo común debiera estar el sinthome, lo singular, lo necesario. Consideró que Soledad Común es un libro que pudiera despertar a la izquierda que rechaza esta brecha que no podrá ser suturada por ningún sistema justo, la visión de Freud como un burgués e individualista les ha hecho caer en la psicología cognitivo-conductual, aliado perfecto de neoliberalismo. Alemán con su lectura de un Lacan político es el que podría permitir un cambio de paradigma que implique un común más digno, menos tonto e incluso menos aburrido pues lo imposible siempre llama a la invención.
La intervención de Fernández Liria, fue como siempre con humor, mencionó como entiende esto de soledad común partiendo de lo que más tienen los humanos entre sí, que es lo que no tienen.
Al terminar el espacio… habiendo escuchado a los filósofos y a los psicoanalistas, y aun cuando los primeros en sus intervenciones estaban influidos por sus lecturas de Lacan, el contraste con lo apuntado por los psicoanalistas me hizo comprender, en sus diferencias, lo de “la página en blanco de la filosofía” que terminó escribiendo Lacan. Es más, cuando Fernández Liria promovía una danza de cada quien a su manera, en el paroxismo de la libertad… el chascarrillo de una integrante de la mesa: “¡¡pero alguien tendrá que llevar los bocadillos1!” estaba en consonancia con esa página en blanco.