Presentación “Encuentros con Letras Lacanias “

La Biblioteca de Orientación Lacaniana tiene el gusto de presentar un nuevo espacio de encuentro con la revista Letras Lacanianas. Se trata de una puerta abierta para que dialoguemos, teniéndola en cuenta como un “documento informado” tal como lo planteó Judith Miller al crear la FIBOL y para ello queremos crear un espacio para trabajar los próximos números de la revista.
Creemos que es fundamental darle un lugar relevante en Madrid desde el punto de vista clínico, epistémico y político y para ello nos hemos propuesto, como primer acto, presentar la trayectoria de la revista y dar a conocer una nueva mirada a través de una conversación con parte de las directoras y directores que han llevado adelante su aparición desde el momento inaugural de su fundación.

En este encuentro tendremos la oportunidad de contar con Andrés Borderías, Celeste Stecco, Blanca Medina, Mariam Martin y Carmen Bermúdez, con quienes haremos un recorrido acerca de cuáles fueron sus experiencias en cada periodo y, por otra parte, compartiremos aquellas preguntas que desde la comisión de la BOLM convocaron al interés de dialogar en torno a la revista.

Fotografía del encuentro el 21 de Junio del 2023

Mariam Martín

Miembro de la ELP y AMP

Intervención

En primer lugar, quiero agradecer esta iniciativa que implica poner en valor la revista de la Sede de Madrid Letras Lacanianas y doy las gracias por invitarme a participar en esta mesa.

Para comenzar, y pensando en las preguntas que nos habéis planteado, por mi parte considero a Letras Lacanianas como un lugar privilegiado, un espacio de “una elaboración colectiva” y, al mismo tiempo, un lugar “de inscripción de una práctica de escritura individual del uno por uno”.

Voy a explicar estas dos ideas.

Lugar de elaboración colectiva

La revista se constituye en ese lugar en la medida de que cada propuesta convoca a esa elaboración colectiva, causando y provocando efectos de resonancia que cada autor pone al trabajo en cada uno de los textos que nos envían y, finalmente, cuando llega al lector este proceso de elaboración colectiva continua porque a partir de lo que lee cada lector resulta interpelado y puede, a su vez, hacer su propio trabajo de elaboración e incluso hacer un uso de los textos para este trabajo permanente de formación e investigación en el que estamos comprometidos en la comunidad analítica.

Por tanto, nuestra comunidad analítica, La Escuela Una, es una caja de resonancia en donde hay momentos, orientaciones, políticas y temas cruciales que nos hacen reflexionar y nos convocan de tal manera que, por este efecto de resonancia, Letras se hace eco y así propone diversas temáticas a investigar:

Por ejemplo, el primer número que editamos, cuando me hice cargo, el nº 21, tomó el título Diversidad y diferencia, en 2021; por supuesto resuena a la propuesta de Miller “2021 año trans”, y propusimos dos significante: el significante sociológico “diversidad”, nacido en los años 70 en USA frente a políticas de discriminación racial y que luego dicho concepto se ha ido modulando para quedar asociado, en la actualidad, a las políticas de igualdad en occidente; y el significante y concepto psicoanalítico de “diferencia”

El nº 22, bajo el título Frenesí y vértigo, 2021, nuevamente pusimos dos significantes en tensión, de un lado, el frenesí de nuestra sociedad en ese más de ese goce sin límite y, del otro, el vértigo del sujeto, que tenía como horizonte unas palabras de Lacan, que daban una respuesta a la pregunta que se le hace en la revista Panorama, en 1974:

P.: –“¿Qué es lo que no anda en el hombre actualmente?”

L.:-“Se trata de esa fatiga de vivir como resultado de la carrera hacia el progreso”. (Psicoanálisis 27, p. 11-17).

El nº 23 Creencia, verdad y certeza, sigue proponiendo una lectura de la subjetividad de la época desde el discurso analítico. Esta vez, el detonante de esta terna fue una referencia que toma Antonio di Ciacca del Seminario XXIV -la lección14 de diciembre de 76-, en la que Lacan dice: “El psicoanálisis es preciso decirlo, gira en redondo, es la forma moderna de fe, de la fe religiosa”. Esto fue un impacto que abrió a multitud de cuestiones, como qué es la creencia en psicoanálisis, la verdad como opuesto a lo real, el lugar de la verdad y la creencia en la sociedad actual; la certeza, de un lado, con un borde de lo real y, por otro, la certeza en su relación con los populismos, el negacionismo, etc., etc.

Y, por último, el nº 24, Equivocar: invenciones singulares, 2023, desde luego toma su inspiración en la lectura del Seminario 24, y de todo el trabajo que J. –A. Miller ha está haciendo para acercarnos a la última y ultimísima enseñanza de Lacan, abordando y poniendo en tensión el inconsciente transferencial/inconsciente real; Síntoma/acontecimiento de cuerpo; Síntoma/ sinthome; y que después de la edición de este número vemos que tienen un valor de referencia para acercarnos a las próximas XXII Jornadas de la ELP, entonces, estamos en resonancia.

Lugar de inscripción de una práctica de escritura

En segundo lugar, decía que Letras es un lugar de inscripción de una práctica de escritura del uno por uno, en efecto, Letras toma acta de la práctica de escritura del uno por uno. Práctica que no sabemos lo que cifrará para cada uno de los autores, aunque algunas veces nos dan cuenta de ello los AE, abordando qué es su práctica de escritura y atisbando qué cifra en su economía subjetiva.

Letras, en todo caso, deja constancia y recoge el producto de esta práctica de escritura del uno por uno y lo pone al servicio de la comunidad analítica y en la ciudad, contribuyendo a la difusión de qué es el psicoanálisis de orientación lacaniana y de la acción Lacaniana.

Las tres áreas que anudan a Letras

Además pienso que Letras es un anudamiento de tres áreas

1-El área institucional donde se pone en juego su función de difusión anudada a una política, en intensión y extensión, sobre todo porque Letras mantiene una decisión firme de ser un interlocutor con la ciudad; además de tener una temática de investigación en intensión, esta misma temática está abierta al dialogo con la ciudad y sus representantes en una política de extensión.

2- Otra área, concerniente al equipo editorial, que implica un proyecto colectivo en donde está en juego una transferencia de trabajo entre los miembros del equipo de la revista, en el que desde el momento que se propone una temática implica una discusión, un trabajo de investigación y un gran cuidado desde la recepción de los textos a la traducción y las correcciones, las ilustraciones y el diseño. Un cuidadoso trabajo para obtener un producto agalmático, que incite a la lectura y contribuya a esta elaboración colectiva. Como lo expresé en uno de los editoriales: “editar cada número es una aventura compartida de deseo, transferencia de trabajo y entusiasmo anudado a una viva apuesta de transmisión y de interlocución que se mantiene a lo largo de cada número”. Y aprovecho este espacio para citar a los componentes del equipo con los que ha sido un placer compartir estos dos años: Oscar Caneda, Elena Catania, Mirta García Iglesias, Susana Genta, María Martorell, Blanca Medina de Toro, Sandra Reznak, Amalia Rodríguez Monroy, Pío Zelaya, y nuestro diseñador y maquetador Sebastián Villalonga.

Y otra área, la personal, quizás más testimonial, para pensar qué ha significado esta experiencia durante estos dos años a cargo de la dirección de la revista. Para mí ha sido un gran placer acometer la edición de estos 4 números. Mi relación con las publicaciones ha sido siempre algo importante para mí y siempre he estado en algún proyecto editorial desde el inicio de mi relación con la Escuela.

La propuesta que me hizo Blanca casi no me hizo vacilar, me sentía entusiasmada de poder nuevamente estar implicada en un proyecto tan interesante como es el de Letras y poder contribuir en él. Era como un regalo.

Entonces, pienso que el anudamiento de estas tres áreas son las que delimitan ese lugar privilegiado de elaboración colectiva e inscripción de una práctica de la escritura uno por uno que constituye nuestra revista.

Además, en este recorrido tuvimos que resolver cuestiones muy importantes a nivel pragmático; por ejemplo, el gran esfuerzo de continuar el proyecto de implantar una suscripción on line que inició Blanca Medina, y que llevó aún dos años más con grandes dificultades con el banco, pues después de la pandemia las actividades administrativas se han complicado mucho, y el banco que nos ofreció la plataforma de venta no estuvo lo suficiente diligente ni eficaz para facilitarnos su implantación. En la actualidad, estamos en un momento muy importante, pues estamos viendo si todo este trabajo realizado da sus frutos y las suscripciones on line se realizan con fluidez y sin incidencias destacables.

Otro tema importante que nos afectó fue las consecuencias de la guerra de Ucrania y la crisis de distribución de mercancías que afectó al papel. En un momento dado no había papel y el precio del papel aumentó de forma exponencial, de tal forma que el precio de los trabajos de imprenta se duplicó, pasamos de pagar una edición 900€ a 1800€ y sin poder mantener el precio de forma estable. En ese momento tuvimos que tomar la decisión de cambiar el sistema de publicación a impresión digital y buscar una empresa de calidad para acometer la edición del número que ya estaba en marcha, y todo ello en un tiempo récord.

Y por último y, no menos importante, es la cuestión de la distribución y de suscripciones, un área que necesita gran dedicación para poder solventar todas las incidencias que implica atender tanto las distintas modalidades de suscripciones que hoy día tenemos a través de la página web, como la distribución de Letras, que inevitablemente están sujetas a incidencias que hay que resolver. Para terminar solo diré que ha sido un placer haber compartido con los demás directoras/es este espacio de conversación alrededor de Letras Lacanias.

Carmen Bermúdez

Miembro de la ELP y AMP

Encuenrros con Letras Lacanianas

Agradezco esta invitación de la BOLM y la Junta Directiva a que conversemos sobre nuestra revista. Como soy la última de las directoras, todavía no puedo transmitir mucho de mi experiencia en esta responsabilidad. Pero me siento una privilegiada por haber estado en la creación de Letras, desde sus inicios, en 2010.

Agradezco a Andrés que contara conmigo. Excepto durante los dos años que estuve en la Junta directiva, como directora de la BOLM, siempre he formado parte del equipo de Letras Lacanianas.

Ahora, al cabo de estos años, me doy cuenta de que en nuestra revista he encontrado un lugar en el que se anudan dos pasiones mías: el amor por las letras y la transmisión del psicoanálisis.

Ha sido una tarea en la que hemos trabajado con otros, tanto de nuestra sede como de otras comunidades. Algunos componentes del equipo continuamos desde el principio.

Nos preguntaban acerca de la apuesta particular de Letras Lacanianas. Para mí, además de la de todas nuestras revistas, que es hacer una publicación de calidad y con un valor epistémico para nuestra comunidad analítica, nuestra apuesta es que pueda salir de nuestras sedes, de nuestras jornadas y se pueda distribuir en otros lugares del mundo de las artes y de la cultura. Eso ha hecho que hiciéramos un cambio que también supone una renuncia: no se publican casos clínicos. La otra particularidad es que tiene imágenes.

En esta nueva etapa que se ha abierto para mi agradezco la labor de los equipos que nos han precedido, y especialmente la intensa colaboración de todo el equipo y de Mariam Martín, la directora anterior, que me ha proporcionado una gran ayuda a la hora de pasar el testigo de las diversas tareas a realizar.

Los diversos cambios que se han realizado a lo largo de estos años, con los diferentes directores, ha permitido que dispongamos de la versión digital de la revista y así poder realizar suscripciones internacionales.

En estos momentos estamos confeccionando el número 25, que hemos titulado “Hablar, decir, escribir”, que girará en torno al tema de nuestras próximas jornadas nacionales y que saldrá en el mes de noviembre.

En la invitación a este encuentro se hacía referencia a las palabras que Judith Miller pronunció en la creación de la Federación Internacional de las Bibliotecas del Campo Freudiano (FIBOL).

De este texto, recogido como editorial en el número 1 de la revista Colofón, tomaré un párrafo que me parece muy pertinente: “…El debate y la crítica son parte integrante del registro del trabajo en intensión y constituyen una de las bisagras entre este registro y la extensión. El debate no debe reducirse a un asunto interno que afecte a la causa analítica por y para ella misma […] Es decir que el trabajo en extensión y el trabajo en intensión se tocan sin por ello confundirse…”

Portada del libro El deseo Trans

Presentación del Libro

La Biblioteca de Orientación Lacaniana de Madrid (BOLM) tiene el placer de presentar El deseo trans. Un libro coordinado y compilado por Vilma Coccoz, psicoanalista, Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP), en el que recoge el trabajo de diferentes colegas de la AMP acerca de lo que Jacques-Alain Miller denominó “el huracán trans”.

Han pasado dos años desde que Jacques-Alain Miller inauguró el año trans como un tiempo de elaboración para los colegas del Campo Freudiano, dando el pistoletazo de salida con su texto Dócil a lo trans (incluido en el libro) y seguir así la orientación de Freud y Lacan de llevar el psicoanálisis y a los psicoanalistas a las coyunturas cruciales del malestar en la cultura.
Un nuevo significante amo ha venido a impactar de forma radical el nudo entre cultura, clínica y política en el que el parletre teje su historia, su ideal y sobre todo, la forma en que hace lazo con otros. El debate está servido. Las teorías de género, los feminismos, lo singular y el para todos, la excepción y lo universal, las diferentes dicotomías entre mente y cuerpo, sexo y género, cisgénero y transgénero, significante y goce, entre otras, son recogidas en este libro para proveer el campo epistémico en el que diferentes psicoanalistas de la orientación lacaniana dan cuenta de su trabajo a través del encuentro con lo trans.

Alejandro Tolosa

Socio de la Sede de Madrid de la ELP

Presentación

Buenas tardes y muchas gracias por venir.

Quiero agradecer también a nuestras colegas que nos acompañan hoy en la mesa, y muy especialmente a Vilma Coccoz, coordinadora y compiladora de este libro, por hacernos un espacio y acompañarnos hoy de forma trans-presencial.

Damos inicio a este encuentro convocado por la Biblioteca de Orientación Lacaniana de Madrid, en el que tenemos el gusto de presentar El deseo Trans. Un libro fundamental para orientarnos en lo que sin duda es una verdadera coyuntura discursiva en la forma de habitar el cuerpo y de hacer lazo con otros.

Hablamos del activismo Trans y la autodeterminación de género como fenómenos discursivos que con pretensión emancipatoria, han calado profundamente en el basto espectro de lo social.

De las instituciones a las consultas. De la ley del para todos, al uno por uno de la clínica.

Ahora más que nunca parece tener vigencia aquella frase de Freud que en Análisis terminable e interminable de 1937, nos trae las tres profesiones imposibles: educar, gobernar y psicoanalizar.

Hoy en 2023 y partiendo de las enseñanzas de Lacan, podríamos pensar que son imposibles porque ex-siste lo real, y esto tiene como primera consecuencia el famoso aforismo de Lacan; No hay relación sexual, ampliamente trabajado en el libro.

Lo real parte las aguas en el sujeto e inaugura una hiancia irreconciliable. Y después de leer este libro podríamos pensar que más allá de lo que puede nombrarse como la guerra o la discordia entre los sexos, la guerra y la discordia inaugural y fundamental, es la que libra cada ser hablante con su propio cuerpo. Todos y cada uno de los sujetos habitados por la lengua tendrán que vérselas con lo que no anda, y con las dificultades en anudar el cuerpo, el goce y el lenguaje.  

No hay escritura para la relación sexual y sin embargo Freud escribe las leyes del inconsciente y hace nacer el discurso del psicoanálisis al proveer el tiempo de comprender en los síntomas histéricos de la época victoriana. Freud renuncia a la certeza y la intervención médica para escuchar al sujeto histérico uno por uno, o una por una. Es por esto que Lacan elogia en Freud, ser dócil a las histéricas, y en este mismo orden de ideas, Jacques-Alain Miller invita a los psicoanalistas a ser dóciles a lo Trans.

Este libro nace bajo esta premisa. Dócil a lo Trans es un texto de Miller recogido en el libro y que en 2021 inaugura el año Trans como un tiempo de elaboración en el campo freudiano. Podríamos decir que este libro da cuenta de ese trabajo.

Jacques-Alain Miller, Eric Laurent, Gabriela Medín y Vilma Coccoz, aquí presentes, hacen parte de los 18 colegas que participan en la escritura de este libro.

Para no extenderme mucho voy a pasar la palabra a los participantes de la mesa.

En primer lugar, intervendrá Eugenia Caretti, psiquiatra y psicoanalista en Madrid, Socia de la sede de Madrid de la escuela lacaniana de psicoanálisis.

En segundo lugar, intervendrá Gabriela Medín, psicoanalista en Madrid, Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, docente adjunta de la Sección Clínica de Madrid (Nucep), AE en ejercicio 2020-2023.

En tercer lugar, intervendrá Marta García de Lucio, politóloga, realizó estudios de género en Utrecht, Holanda. Un curso en el Museo Reina Sofía llamado Somateca, coordinado por Paul. B Preciado. Como también, trabaja en el IES San Isidro, que es un centro educativo de inclusión LGTBIQ+ y realiza su práctica clínica desde la orientación lacaniana.

Por último, tomará la palabra Vilma Coccoz, psicoanalista en San Sebastián, Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, docente del Instituto del Campo Freudiano y coordinadora y compiladora de este libro.

Marta García de Lucio

Politóloga

Intervención

El 17 de mayo de este año, se anuncia finalmente que el gobernador de Florida Ron De Santis, quien va a competir dentro del Partido Republicano con Trump para ser el candidato del partido a la presidencia del país, promulga una ley por la cual un tribunal podría intervenir para separar temporalmente a un menor de su hogar si recibe tratamientos o procedimientos de afirmación de género, asimilando estos procedimientos al maltrato infantil. Por un lado, tenemos entonces en España, un intento de decir que sí aparentemente sin que medie escucha alguna, y en Estados Unidos un decir que no, no solo sin escucha, sino además resolviendo un supuesto maltrato con más maltrato (separar al menor de su familia).

Si nos quedamos en el territorio nacional, tenemos que hace no más de 15 años, las instituciones forzaban a los sujetos que se declaraban transexuales a demostrar su hombría o su feminidad a base de ortopedias prescritas por los roles de genero de la época. A través del test de la vida real, se instaba a las personas trans a vivir “como un hombre” o “como una mujer” durante equis tiempo en sus entornos para ver si realmente era eso lo que querían, confundiendo también ellos, demanda con deseo. Pasado el tiempo de prueba, debían acudir a la consulta y preformar su virilidad o su feminidad, para que el profesional determinara si eran verdaderos hombres o mujeres ¡verdaderos! Así́, hemos pasado de un tiempo en el que la institución decía “tú no puedes ser lo que dices ser” a un tiempo en el que se busca que la respuesta sea “por supuesto que sí”. La respuesta ética del psicoanálisis se presenta desde otro lugar “¿Qué quieres decir?” Y ahí́ se puede empezar a ver qué deseo subyace a la demanda de una persona que dice no ver correspondencia entre su cuerpo y su sexo, o entre su sexo y su genero, según el caso. No obstante, estos dos escenarios que comentaba, el estadounidense y el nuestro, nos ponen sobre aviso: no es fácil hacerse escuchar, tampoco, o menos aún, en política, por lo que considero que el Psicoanálisis, si quiere que lo que tiene que decir sea escuchado, tendrá́ que encontrar las grietas por las que colarse y causar ese deseo de escucha en aquellos que tienen el poder de legislar. La confrontación no sería muy fructuosa.

Pero los psicoanalistas dicen. Este libro es una buena muestra de ello. En las paginas de este libro hay textos muy diferentes, algunos más declarativos, otros más teóricos, algunas viñetas clínicas y alguna escritura-acto. Con la escritura-acto lo que quiero decir es que en algunos textos se percibe que el autor está tratando de pensar y dirimir cuestiones a la vez que escribe. Esto me parece fascinante, es quizás la escritura que más me ha convocado. Textos en los que se van enunciando reflexiones abiertas, con orientaciones concretas, como el de Manuel Fernández Blanco, empujando al lector hacia la interrogación y el esfuerzo de seguir pensando. ¿No es, al fin y al cabo, el asunto de la diferencia sexual uno de esos que no se agota nunca, en ningún campo? Cada época hace un tratamiento de esta pequeña gran diferencia, y eso tiene efectos en la subjetividad, y a la vez el sujeto del inconsciente supone un limite a los discursos de cada época, porque como sabemos No hay relación sexual. Pero en esta danza entre los significantes amo de cada momento, y los límites que supone lo ingobernable del goce, andamos unos y otros (psicoanalistas, filósofos, sociólogos ¡hasta políticos!) tratando de esbozar respuestas que ilustren lo que la diferencia sexual implica. Orientándonos por las lógicas de la sexuación que propone Lacan, tenemos ya una importantísima brújula para no extraviarnos en esta ardua empresa. La diferencia fundamental, sabemos, es respecto al goce. No obstante, esto no agota la cuestión ni muchísimo menos. ¿Cómo se pueden articular la clínica, y el corpus teórico que a partir de ella se ha hecho en el psicoanálisis, con el análisis sociológico y las políticas publicas? Construir una respuesta a esta pregunta no es un asunto menor. El psicoanálisis trae muy pertinentes advertencias, pero habrá́ que ver cómo logra hacerse escuchar en un mundo que parece querer forcluir el saber en pos del consumir; en un mundo donde las urgencias y las escasas oportunidades de transformación a veces precipitan leyes necesarias pero que estaríamos de acuerdo en querer darles una vuelta. Los psicoanalistas fuera de las consultas tendrán que ver cómo no reaccionar a las transgresiones de la época, quizás se trata más de alumbrar y compartir que de hablarnos a nosotros mismos.

Es una buena noticia que lo trans esté en el discurso. Es una buena noticia porque sabemos, que las personas transexuales han padecido una violencia de lo más horrorizante a todo nivel. Desde la exclusión del mercado laboral, quedando abocadas las mujeres transexuales a la prostitución, convertidas en objeto fetiche; hasta el asesinato, pasando por la violencia social e institucional. Que se haga una ley trans es, de nuevo, una buena noticia. Que tenemos matizaciones que aportar desde el psicoanálisis es innegable. Cómo hacerlo es la pregunta.

Volviendo al libro, este se divide en 4 secciones. La primera da cuenta de los discursos actuales y de alguna manera establece debate con ellos. Las teorías de género… perdónenme que me detenga un segundo para subrayar este plural. Las teorías de género, en plural, es un anuncio a quien se acerque por primera vez a las mismas, de los debates internos, intelectuales y éticos, que hay en relación a las cuestiones de género. En las últimas décadas se ha tendido a la intersección de elementos discursivos que dan cuenta de diferentes realidades materiales. Qué bueno sería, si me permiten, que el psicoanálisis pudiera tener su lugar allí́ (ya lo tiene de hecho). Hago esta puntuación sobre esa pequeña S, porque es imprescindible conocer que las cuestiones de la diferencia sexual son un debate abierto, constante, que se cruza con otros elementos, y que atraviesa las épocas también en la historia del feminismo. Entonces, como empezaba a decir, las teorías de género son puestas a debate en la primera parte del libro, en especial se habla de dos de las máximas representantes de la Teoría Queer, Butler y Preciado. Neus Carbonell y Sonia Arribas realizan precisiones muy pertinentes a las lecturas que hacen estos teóricos (Butler y Preciado) del psicoanálisis y de Lacan, aunque en mi opinión, hay asuntos que quedan sin resolver, como es natural dado lo vivo del debate y los límites de caracteres que tiene un autor en un libro. En la segunda

parte del libro nos sumergimos en los vericuetos de los puntos ciegos de la Ley Trans, en la posición ética del psicoanálisis, en la diferenciación tan oportuna entre transgenerismo y transexualidad, no ya como términos conceptuales, sino como diferencia subjetiva y clínica. Esta diferenciación me parece una enseñanza muy útil para los practicantes del psicoanálisis. También se establece otra diferencia fundamental, la generacional, para proteger la infancia. El texto de Anna Aromí es un manifiesto por la posición ética del psicoanálisis no sólo frente a la cuestión de la transexualidad, sino por la protección de la infancia, la cito: “La caída del patriarcado no puede no comportar cambios en la concepción de la infancia, pero esta concepción no se puede dejar en manos del mercado y de la publicidad”. Muchas implicaciones tienen este decir, y por eso, insisto, este libro es para seguir pensando, como dice ella misma “Lo vivo espera en lo que queda por escribir” … En la tercera parte del libro, tenemos algunas viñetas clínicas que ilustran algunas aristas de la cuestión, de nuevo, sin agotarla, incluyendo por primera vez en el libro el asunto de los sujetos intersexuales en un texto bastante ilustrativo de Gabriela Medín. Y encontramos asimismo una diferenciación clínica fundamental entre el delirio del transexual, el transexual del cuerpo equivocado, y el transgénero, el texto de Jorge Sosa es el que más apunta a esta diferenciación, pero se encuentran apuntes en otras partes del libro. Finalmente, en el último trayecto de la lectura, nos encontramos las precisiones conceptuales, en las que se aclaran asuntos en relación a lo real del sexo, a las identificaciones, y otras cuestiones para finalizar con el texto de Vilma Coccoz en el que se realiza un recorrido sobre los semblantes y los equívocos del amor.

Es un libro, entonces, sobre las diferencias: la sexual, la generacional, la de las estructuras clínicas, las formas de asunción de la cuestión trans en la subjetividad que ilustran los casos clínicos… También es un libro de debate, con las teorías de género, y me gustaría resaltar como un ejemplo de lo vivo del debate sobre la diferencia sexual, dos posiciones encontradas en el propio texto: por un lado, algunos autores dicen claramente que el transexualismo es el más firme defensor de la diferencia sexual, mientras uno de ellos dirá́ que es lo que lo pone en jaque.

Que sepamos que No hay Relación Sexual, no significa que nos hagamos con ello en la experiencia subjetiva. Esa es la maravillosa brecha que hay entre lo que es sabido por el sujeto y lo que no sabe que sabe. Por eso, en cada época, y cada sujeto, hace su arreglo, del que sale mejor o peor parado. Además, hemos de considerar lo que Eugenia Caretti, compañera de la mesa, ha llamado “una salida posible” en relación precisamente al arreglo que en la adolescencia cada uno hace para inscribirse socialmente. Esto no resta que no haya que escuchar y acompañar dichas salidas, lo cual resultará en una determinación sobre las mismas, o en un abandono de ellas en pos de otras. Pero quizás podamos acordar, que en la adolescencia especialmente, todos buscamos arreglárnoslas con algo que nos perturba y nos extraña y que está directamente relacionado con lo sexual en el ser hablante.

Una paciente transexual adolescente, que ha tomado esta salida para anudarse tras una infancia terrorífica de abandono y violencia sexual, me decía hace un par de sesiones “no tengo prisa”. Enseguida pensé́, “he ahí los efectos del análisis”. Introducir otra temporalidad, frenar las precipitaciones del “tú no puedes ser eso”, o del “sí claro, eres lo que sea que dices ser”. En este caso, no tener prisa lo enunciaba en relación al hecho de tener que esperar para la operación. Decidió́ que se operaría después de mucho hablar, de interrogarse sobre la sexualidad, sobre su relación con el órgano, sobre su imagen y lo que le supondría no operarse y no poder hacer el pase, sí el pase, frente a los otros. Pero en su historia, además, esto tiene que ver con culminar su “metamorfosis” dice ella, con cierto renacer, con darse la oportunidad de tener una vida vivible que la despegue por fin de la violencia.

Por otro lado, tanto en el instituto como en la consulta, veo casos de chicas que dicen no ser chicas, bien por la vía del género fluido un rechazo menos frontal de lo femenino, bien por la vía del transgenerismo o la transexualidad, no son en absoluto chicas, son chicos dicen. Cuando se les da el tiempo necesario, y se les escucha, muchas veces aflojan, es otro asunto el que se juega, la cuestión de la sexualidad femenina en la adolescencia. Pero en todo caso, tal y como se propone a lo largo del libro, la posición del analista es la de escuchar, sin prescribir, sin encauzar. Escuchar y que el sujeto pueda ver y comprender algo más de lo que hasta ahora ha podido decir.

Si bien es cierto como puntúa Miquel Bassols, que “cuando el discurso jurídico quiere organizar con normas jurídicas el goce sexual del ser humano, suele producir estragos”, no es sin la ley que podemos garantizar la protección y seguridad de la ciudadanía y garantizar, de manera universal sus derechos, incluso su derecho a identificarse a la forma trans o a cualquier otra. Luego ya, el dispositivo analítico proporciona el espacio para la singularidad, para permitir que esas identificaciones caigan si han de caer. Y es en esta cuerda de equilibrios entre lo universal de la ley como forma de protección y garantía de los derechos de las personas, y lo singular que pone el psicoanálisis a disposición de los sujetos, que tenemos que lograr abrir los diálogos pertinentes. También dice Bassols, que la ley puede precipitar al sujeto, también la identificación a los discursos lo hace, y sin embargo, sabemos, que un sujeto que no se analiza puede precipitarse de todos modos, con o sin ley, por éste u otro discurso. En definitiva, cada caso en consulta es un enigma, y el analista hace la función de que el sujeto dé con algo de eso que le resulta enigmático de su deseo, de su goce, de su fantasma… Nada más. Y nada menos, claro.

Gabriela Medin

Miembro de la ELP y AMP

Presentación Libro El deseo trans

Agradezco a José Alberto Raymondi y a la comisión de la BOL la invitación a participar hoy en esta presentación y aprovecho para agradecer a Vilma su invitación para participar con un texto en este volumen.

El título me parece un hallazgo en tanto introduce la dimensión del deseo y por tanto de la singularidad como un elemento a considerar en relación al tema trans. Es un volumen que tal como plantea Vilma en el prólogo “se presenta como una pausa, un intervalo de reflexión, nos invita a colocar en suspenso las consignas propias de un fenómeno de masas a fin de darles su justo alcance, pudiendo ir más allá, y valorar los matices, las incertidumbres, los interrogantes que despiertan de la experiencia” (pag.10).

Si bien se trata de un libro que introduce diversas aristas en torno al tema, tomaré algunos ejes que me han interesado y creo que pueden dar lugar, hoy, a la conversación y luego, al deseo de ir a leer los textos para quienes no lo han leído todavía.

Es un libro que enseña acerca de la posición de la orientación lacaniana respecto de lo que se dio en llamar el fenómeno trans, pero también enseña respecto del modo en que desde el psicoanálisis de orientación lacaniana leemos la época, las herramientas y el aparato conceptual desde el que leemos el discurso y los significantes amo que toman la escena de lo social en un determinado momento histórico, un libro que nos enseña a “avanzar con los ojos abiertos” como plantea Virginie Leblanc citando a Miller para intentar estar a la altura del real de la época.

Por otra parte, me parece que es un volumen que contiene artículos que promueven la conversación argumentada como afirma M Bassols en su texto, “esto es”, un espacio de conversación con otros discursos, sin prejuicios , un espacio en el que a partir del gusto por los encuentros y desencuentros, las idas y vueltas, la dialéctica del trabajo intelectual en lugar de alimentar la descalificación del otro tan en boga, se tome en consideración la diferencia y la argumentación en torno a la posición que se sostiene.

A propósito, Félix Rueda destaca en su texto un aspecto de la civilización contemporánea que muestra que con la intención de crear espacios seguros para las sensibilidades de cada quien, lejos de proteger la singularidad y respetar la diferencia, se impide la conversación y se protege del encuentro con lo diferente. Es justamente a partir del rechazo de la castración propio de esta época, que se puede entender la referencia de Miller cuando dice, que hemos dejado atrás la época del malestar para entrar en la del impasse.

Uno de los puntos que encuentro fundamental plantear como punto de partida porque enmarca la reflexión, es la afirmación de M Bassols en su texto: “cuando el discurso jurídico quiere organizar con normas jurídicas el goce sexual del ser humano suele producir estragos”.

En este sentido es importante distinguir entre garantizar derechos y regular prácticas. En la página 67 hay una referencia que me parece clarificadora: “Cuando el legislador quiere legislar para todos sobre la cuestión del goce sexual, se pierde inevitablemente, empieza a delirar según los fantasmas de la época…Hay que ir necesariamente uno por uno. Por lo tanto, es preciso ver caso por caso qué quiere decir un deseo trans”.

Plantea una hipótesis para conversar a propósito de la evolución de distintas ideologías a lo largo de la historia del siglo XX: “Lo que era objeto causa de deseo se convierte en un ideal rechazado. Hay una Banda de Moebius en la que objeto causa de deseo se convierte en significante amo. Uno se trasviste en otro. El discurso de la moda funciona así, pero también los discursos identitarios. Lo trans viene a llenar el vacío que abre la pregunta ¿qué es lo que quieres?”. Lo plantea retomando a Eric Marty cuando afirma que “El discurso de género ha venido a llenar un vacío y se ha instaurado un nuevo significante amo para introducir polos de identificación”.

A lo largo del libro varios autores enfatizan la dimensión compleja de la sexuación en el ser hablante, sexuación que tiene que ver con una elección singular del sujeto a la vez que con una responsabilidad sobre su goce. Maleval lo destaca cuando afirma que “El psicoanálisis no sólo comparte el constructivismo de la teoría de género con respecto a la diferencia entre masculino y femenino, sino que ha procedido mucho antes que esa teoría a una desnaturalización de la sexuación”. Nada de natural en la sexualidad humana entonces, nos recuerda la referencia de Lacan en la pág. 139 cuando dice “la anatomía a propósito de la cual Freud se equivoca cuando dice sin otra precisión que es el destino”. 

En este sentido, además de las consideraciones políticas y epistémicas es un libro rico en orientaciones clínicas. Me detendré en algunas de ellas:

En primer lugar, una de las cuestiones sobre las que ha habido más acuerdo entre los psicoanalistas, una cuestión respecto de la cual soy particularmente sensible y sobre la que he escrito en diversas oportunidades, la importancia de preservar la diferencia entre el adulto y el niño. Tanto respecto de la sexualidad como del estatuto de su palabra y la responsabilidad sobre sus elecciones y su goce.

Anna Aromí lo plantea en las páginas 164 y 165, tomo sólo un párrafo: “Desde el psicoanálisis entendemos que la infancia es un tiempo para -además de aprender- ensayar, jugar, disfrazarse, inventar e inventarse; y esto último los niños deben poder hacerlo libre, gratuitamente. Ya les llegará el momento en que tendrán que pagar y hacerse enteramente responsables de lo que dicen y de lo que hacen, pero la infancia es el tiempo de cierta gratuidad: los adultos pagan por ellos”.

Como decía, varios de los textos abordan esta cuestión desde diferentes ángulos, pero todos coinciden en que la sexuación requiere tiempo. Bassols destaca que el desarrollo sexual no es lineal, que hay momentos de ruptura, discontinuidades que resignifican lo anterior. Por eso advertimos que no hay que concluir antes de tiempo.

El texto de Virginie Leblanc también incide en los caminos de la sexuación tomando como referencia las vivencias de las personas intersexuales. A lo largo del mismo mantiene dos hilos: el de la diversidad y el de la fijeza, las variaciones y multiplicación de las modalidades de goce a la vez que la fijeza en la creencia y la reivindicación en la diferencia sexual que distingue a los transexuales de los transidentitarios.

Dos citas muy precisas: “Como todos los seres de género marcados por la desnaturalización del lenguaje, también deben hacer ese complejo recorrido en el que se mezclan y a menudo se desarticulan la identificación sexuada, la respuesta al deseo parental y las modalidades singulares de goce”. pág. 99

“Los sujetos llamados intersexuales nos recuerdan hasta qué punto, como el analista, el ser sexuado no se autoriza sino de “si mismo y de algunos otros”, con el apoyo ciertamente de los significantes de una época y de sus comunidades, pero mucho más allá, o más bien debajo de éstos, ya que avanza solo con lo que él/ella siente y debe aprender a lidiar con lo que tan temprano ha tocado su cuerpo hablante” Pág. 101

Otra de las orientaciones clínicas destacables es la que sostiene la diferencia entre transexual y trans-género.

Varios textos inciden en este punto, me han interesado sobre todo los de Jean Claude Maleval y el de Manuel Fernández Blanco. Maleval hace una clara distinción entre los transexuales que, manteniendo una concepción binaria de género, no tienen duda de que habitan un cuerpo equivocado, se dirigen a la medicina para cambiarlo y los transgénero que sostienen la fluidez, no se dirigen a la medicina y en cambio sostienen una reivindicación política respecto de la autodeterminación de género. Critica la noción de disforia de género por no tener en consideración esta diferencia.

Nos dice en la pag.151 “Un acercamiento atento a la palabra de estos sujetos lleva a discernir diferencias en cuanto a la percepción de su identidad, en cuanto al origen del proceso de transidentidad y en cuanto a la intensidad de su sufrimiento psíquico, mientras que la clínica -comportamental del DSM opera su confusa amalgama en la disforia de género”.

Sostiene que la clínica psicoanalítica corrobora que no toda la sexualidad se rige por la elección de género, sino que el modo de goce responde a una lógica inconsciente que va más allá de las elecciones voluntarias. “El sujeto del inconsciente está anclado por su Sinthome, en un modo de goce que se le impone y lo orienta”.

Manuel Fernández Blanco también hace en su texto distinciones fundamentales basadas en que “desde la perspectiva psicoanalítica la diferencia sexual sólo puede establecerse en función del modo de goce”, esto es fálico o no fálico. Con varias referencias a textos de M.H. Brousse sobre lo femenino, nos orienta a distinguir sexo y género, la posición transexual y la posición transgénero (pág. 211), la singularidad de goce y particularidad de goce, (pag.207) que es la que “permite la agrupación segregativa de los que dicen compartir el mismo modo de goce”. Destaco su referencia también al discurso capitalista y su promoción del sujeto sin punto de referencia que está en directa relación con la abolición del límite de la imposibilidad. Así afirma “el derecho a asumir una identidad trans se confunde con un empuje a lo trans, cortocircuitando el tiempo de comprender y favoreciendo posibles pasajes al acto”.

Por último hay otro texto de gran riqueza clínica que hace otra precisión importante, la importancia de la distinción entre demanda, deseo y goce para orientarse a la hora de entender de qué forma el sujeto asume una posición sexuada. En la Pág.216, Jorge Sosa, a propósito del trabajo con adolescentes, nos dice:

“En su esfuerzo por nombrarse, ella toma del discurso social una serie de significantes con los que intenta atrapar ese goce que la acosa y que no entra en la representación que tiene de si misma”

Las soluciones que adoptó en la infancia al enigma del deseo y del goce no le alcanzan para responder a la demanda pulsional surgida en la pubertad. Plantea también la importancia de abrir una pregunta, un espacio de palabra para interrogarse acerca del deseo de cambiar de sexo y da diferentes ejemplos clínicos de cómo abordarlo durante la delicada transición que supone la adolescencia.

Habría muchas más cuestiones e interrogantes a destacar, pero la lectura que invita, que suscita ganas de ir a leer, es siempre no-toda.

Portada del libro Aún

Presentación

La Biblioteca de Orientación Lacaniana de Madrid (BOLM) nos invita y nos convoca al encuentro con las musas, con la poesía, con el arte de decir. Allá, donde la palabra y la música tejen la letra, el cuerpo se hace eco. Tenemos el gusto de presentar el poemario Aún, de nuestra admirada escribiente y amiga Inma Marcos.

Inma es poeta, nació en tierra de comparsas y tanguillos. Y si los gitanos llevaron el hielo a Macondo, ella tomó de su padre La nieve del primer invierno en León, “yo tenía siete años … mi padre llegó al medio día, me llevó en brazos a la ventana y me dijo – ¡Mira …”, y al tiempo le puso versos por el 2017! En Madrid, en el 83, obtuvo el 1er Premio Prometeo por Bramiconda brama un sueño. En el 89 publicará Bailando en la Oscuridad, prologado por Carlos Edmundo de Ory.

Disfrutaremos en la Escuela de Aún, volumen que anuda tres poemarios en sus diferentes tiempos: Las estaciones (2000), Aún (2012) y Cuando llegue la noche escrito entre 2019 y 2021; de la presencia de Inma, de su poesía su canto, de la cotidianidad y cercanía de sus versos en el intento de atrapar, con la lengua, aquello que escapa a las palabras, al sentido.

A veces me lleno de sombras

sin que pueda evitarlo

Entonces cara a cara le digo a la poesía

háblame poesía dime

El nombre de las cosas

Y el amor frente a frente le digo

ven amor ve

Intervienen:

Miriam Chorne: Miembro de la ELP y de la AMP, docente del Instituto del Campo Freudiano.

Denisse Nadeau: Socia de la Sede de Madrid de la ELP y miembro de la Comisión de la BOLM

Coordina:

Jesús Rubio: Socio de la Sede de Madrid de la ELP y miembro de la Comisión de la BOLM.

Comisión responsable:

 Roberto Banegas, Andel Balseiro, Eloísa Cano, Paula Fuentes, Estrella Garrido, Marjorie Gutiérrez, Julieta Miguélez, Denisse Nadeau, Alberto Raymondi (director), Jesús Rubio, Alejandro Tolosa, Clara Urbano.

Miriam L. Chorne

Miembro de la ELP y AMP

Aún la vida escribo de Inma Marcos

Cuando Inma me propuso presentar su libro espontáneamente le respondí que sentía su invitación como un honor y al mismo tiempo le dije que no sabía si me atrevería a hacerlo. Como ven aquí estoy y por lo tanto he encontrado el valor, el arrojo o la inconsciencia … y les hablaré de este magnífico libro.

Mi vacilación provenía de que coloco la poesía en el escalón más alto de la literatura, de la escritura, pero también de la lectura de la literatura. Es probable que ocupe un lugar tan alto para mí porque cuando un poema está logrado siento su cualidad de hallazgo, y el placer que ese descubrimiento, esa invención me produce. No se podía decir de otro modo, es lo que experimento.

Es el fruto de un encuentro de la palabra justa, cargada de densidad simbólica y a la vez de una inmensa latencia de significación diferida. Porque la mezcla en la palabra poética del sentido evocado y nunca totalmente dicho eleva a una potencia superior el poder de la palabra.

Pero vayamos a Aún, para que podamos hablar de los poemas de Inma. Su sensibilidad me conmueve y es la razón fundamental de que haya querido presentar este libro. Aún está compuesto por tres diversas colecciones de poemas que corresponden además a distintos momentos de la vida de la autora: Las estaciones, que fue escrita tras la muerte de la madre; Aún, que da nombre al libro entero y Cuando llegue la noche, poemas más recientes y que la ayudaron a sostenerse en una época difícil. Cada uno de ellos posee la singularidad del momento en que fue escrito y a la vez una unidad de inspiración y de voz, perfectamente reconocible, a pesar de que fueron compuestos a lo largo de muchos, más de veinte años.

Inma Marcos escribe de un modo sencillo, con humildad y con un lirismo -que como escribiera el gran Antonio Gamoneda refiriéndose a otro de sus libros La nieve– es un lirismo “transparente y conciso, deducido de un sereno acontecer sentimental y de una, también serena, conducta existencial”.

Esta noble y sensible opción por la difícil sencillez -nuevamente hablo con las palabras de Gamoneda que me parecen tan justas, tan precisas- la opción por la difícil sencillez resulta plena de poesía.

                                                   Tarde de otoño

                                                   El silencio ha cubierto los campos

                                                   He entrado en la edad de la tristeza

Es el primer poema de Las estaciones, la primera parte del libro dedicado a la madre y a los sueños: La verdad está en los sueños.

La naturaleza dice la melancolía de la pérdida, como en los haikus hay dos versos que son constataciones, descripciones de la tristeza de los campos: “tarde de otoño / El silencio ha cubierto los campos”. Son dos versos casi enunciativos y luego viene el último verso, que es relampagueante, es inesperado, la sorpresa de que ese dolor la ha hecho mayor, ha “entrado en la edad de la tristeza”. Es posible que el carácter poético provenga del choque entre estas dos formas de expresión.

He evocado los haikus y los poemas de Inma me recuerdan con su sencillez y su sutileza los mejores haikus. No los estoy tomando en sentido estricto, en Japón para que sea un haiku tiene que tener una determinada versificación un primer verso de 7 sílabas, un segundo de 5 y un tercero otra vez de 7 sílabas. Los poemas de Inma son más libres, son libres. Pero igualmente conservan el espíritu de los haikus, se podría decir que reciben su inspiración. Son como ellos extremadamente breves. Aunque debo decir que Inma me ha dicho que quería escribir poemas largos. No sé mucho más sobre este deseo. Pero quizás sea una cuestión sobre la que nos pueda hablar luego.

Los poemas de Aún son cada uno -como los haikus- un pequeño estuche cargado de poesía capaz de hacer saltar la realidad aparente.

                                             Tras la lluvia de primavera

                                             Hay rebaños de pájaros

                                             Pastando en tus párpados

                                             Las amapolas violentas

                                             La esperanza

Nuevamente la naturaleza, la lluvia de primavera, los pájaros, las amapolas, pero ya no es serena como en el poema anterior. La muerte está presente, la sentimos, omnipresente incluso. En la conjugación inédita, inaudita, en sentido literal -nunca antes oída- “los pájaros pastan en sus párpados” y “las amapolas” se vuelven “violentas”.

La elección de las imágenes, la asociación de palabras sorprendente, inesperada, cargada de furor y ferocidad. Y sin embargo retorna -como escribía Gamoneda- la serenidad de su acontecer sentimental “y de una, también serena, conducta existencial” con “la esperanza”, que cierra el poema.

En Aún, el poema que da nombre al libro dice “Aún la vida escribo”, que me parece tan fundamental, tan central en la obra y en la posición existencial de Inma. El poema completo dice:

                                                En el jardín oculto

                                                posado en las ramas del naranjo

                                                un pajarillo tiembla

                                                Como mi alma tiembla

                                                Aún la vida escribo

                                                y arde el jardín

                                                Sombra de sombras

Los dos primeros versos, una vez más describen la serenidad, la calma de la naturaleza, para mí casi oriental, es una imagen apacible, que empieza a romperse con “un pajarillo que tiembla” y el desasosiego culmina porque el pajarillo tiembla “como mi alma tiembla”. En ese temblor del alma “Aún la vida escribo”. Ese Aún que es todavía: el alma tiembla y continúo escribiendo, es la vida. Pero también es a pesar, sin embargo. A pesar del temblor, de la fragilidad, “la vida escribo”. Y la escritura hace arder el jardín. La palabra que acaso cure el temblor del alma, la herida incurable.

La “Sombra de sombras”. La soledad, el desamparo, el dolor de las pérdidas pueden por el misterio de la palabra que aún se escribe, un poco más, que sigue, continúa, convertirse en ardor y vida. Extraña, maravillosa paradoja ésta de ser hablantes. Porque no hay verdad del mundo: la paz del paisaje en este caso no dice la nuestra. La verdad sólo se puede medio-decir. Y por eso nuestro desamparo es indecible. Y es así como la herida se revela, en ese acto de ocultación en el que buscamos cubriendo el silencio, con nuestra palabra curar nuestro desamparo. Dar sentido a nuestra existencia. La palabra nos enferma y la palabra nos cura.

En la impotencia contingente que se experimenta en la desesperación sin embargo está presente también la imposibilidad estructural de encontrar las garantías de que nuestro decir va a conseguir ser completo. No la hay. Lacan nos lo recuerda: lo simbólico tiene por condición un agujero, una ausencia de totalidad, que afecta su núcleo mismo.

                                                 Soy tan pobre que no tengo

                                                 Ni un pedazo de pan que llevarme a la boca

                                                 Mi reino de sombras por una palabra

                                                 Mi alma

                                                 por una palabra

                                                 Ay mi pobreza

Y también la palabra nos desespera, cuando los poemas son lo que nos alimenta, y se nos escapan.

El que quiere escribirlos ofrece todo lo que tiene -a pesar de su pobreza- un reino de sombras por una palabra. Ese “Mi reino de sombras por una palabra” me recordó la exclamación de Ricardo III, cuando Shakespeare le hace decir ante la desesperanza por la huida de su ejército en la batalla de Bosworth, y poco antes de ser mortalmente herido por los Tudor, “Mi reino por un caballo”. Richard ofrecía lo que más valor tenía para él, y que tantos dolores, sobre todo infligidos a otros, habían sido necesarios para conseguir: su reino. Por un caballo, para poder continuar la lucha, su vida. En el poema de Inma, es su reino, su alma que tiembla, por una palabra, tan necesaria para vivir.

Cuando era más joven aprendía los poemas que más me gustaban de memoria y me los repetía una y otra vez. Y no cabe duda que una gran parte de la satisfacción provenía de su sonoridad. El poema que ahora les diré tiene una sonoridad especial y también una emoción singular al resignificar palabras de todos los días, palabras cotidianas, dándoles un sentido nuevo

                                         Lanzo mis perros contra la noche

                                         Busca a la noche busca

                                         Mata a la noche

                                         No puede más el corazón no puede

Tal vez en su desesperación extrema “No puede más el corazón no puede” surge un afecto de rabia, de ira incluso, contra esa noche que ya no se puede soportar. Y entonces surge el mandato, la orden de destrucción de esa noche intolerable. Lanzo mis perros contra la noche. Y a ellos los conmino a buscarla y a matarla. Con la palabra se busca aniquilar, destrozar la noche. Pero la palabra es también hija de la noche. Como decía antes es esa la paradoja de la palabra, que no podemos sino recibir agradecidos. A pesar del dolor.

Quisiera terminar mi presentación de Aún evocando la primera página de un libro anterior, que ya nombré hoy antes, La nieve.

            Era el primer invierno que pasábamos en León. Yo tenía siete años y estaba enferma en la cama. Mi padre llegó a casa al mediodía, me llevó en brazos a la ventana y me dijo “¡Mira la nieve!”. Estaba nevando. Era la primera vez que yo veía nevar. Luego le miré a los ojos y vi en ellos el orgullo de ser el dueño de la nieve. 

Me gusta la escena, es una escena fundamental en la que Inma se reconoce hija de su padre, el amor a su padre. Ella sigue siendo también esa niña maravillada ante la nieve que ve por primera vez en los brazos de él, pero que al tiempo no deja de volverse y ve en los ojos de él, el orgullo de ser el dueño de la nieve. Como nos enseñó a observar Lacan, en la célebre escena del espejo. Ella es también la nieve, ella es suya, y ve en los ojos de su padre el orgullo de que lo sea y también el suyo de serlo. Y su amor, esta vez el de él. Y el orgullo de poder mostrarle a ella, no sólo que era el dueño de la nieve, sino de poder ofrecerle, transmitirle la alegría. El gozo que él experimentaba al ver la nieve caer.

Aún es un libro hermoso. Con él podemos sentir la construcción de una gran emoción. Se trata de una conmoción espiritual que es a la vez estética y afectiva. Como dice Henri Meschonnic “La literatura empieza ahí donde el signo no puede decir nada”, y añado yo, sólo aludir o señalar por la omisión, por lo no dicho. O en otra afirmación igualmente luminosa del mismo autor “Lo que se llama el arte sería este movimiento mismo de invención de uno mismo y de reinvención por todos los medios de las maneras de ver, de oír, de entender, de sentir las relaciones con uno mismo, con los otros, con el mundo”.

                                  Por la letra

                                 Los bisontes se hacen versos

Denisse Nadeau

Socia de la Sede de Madrid de la ELP

Presentación

Buenas tardes, primero quiero agradecer a la autora Inma Marcos y a la Biblioteca de la ELP de Madrid por la oportunidad de presentar este poemario titulado Aún, es importante destacar que uno de los espacios abiertos de la biblioteca es este que convoca el encuentro con distintos autores que nos enseñan de su experiencia relacionada con la escritura justamente a través de la presentación de sus libros, de la presentación de su escritura.

Me resulta particularmente de gran interés las obras creadas por personas que han sido tocadas, atravesadas o que tienen alguna experiencia con el discurso analítico y con el arte, lo cual motiva aún más mi deseo de participar en esta presentación, porque parece ser que entre el arte y el psicoanálisis hay una serie de posibilidades de encuentros que a muchos de nosotros nos permite una vía de transmisión de aquello de lo real que nos acontece, que nos sorprende y despierta.

Quiero explicarles un poco desde qué lugar he leído este poemario.

Desde la curiosidad por supuesto ante algo que tiene previo un proceso creativo, lo cual hace emerger la pregunta ¿cómo pensar el encuentro con lo que acontece en la lectura?, ¿Cómo leerlo? lectura no lineal ni académica, sino que lectura desde lo que te toca en la resonancia, pero en la resonancia de la propia ignorancia.

Antes de leer este poemario pensaba y sentía “qué difícil se me hace, hacer un relato para presentar la poesía”, lo cual me llevó a recordar lo que escribió́ Lacan en la carta robada de sus Escritos, donde plantea que “no se puede hacer una lectura de ciertos escritos sin poner de tu parte, poner de tu parte para hacer otra cosa”. (esta es una lectura propia de lo que Lacan escribe desde luego)

Entonces les voy a leer en palabras reducidas lo que me ha tocado a nivel de resonancia de estos poemas, usando algunas de las palabras que me resonaron en las distintas lecturas de este poemario.

Es una poética que dice,

que te transporta a distintos escenarios,

que te invita a escuchar los sonidos de lalengua,

que te conduce a lo poético de lo inconsciente que irrumpe en el habla de la palabra.

Pues es de la singularidad de esta escritura de donde algo podemos aprender.

Hay un esfuerzo de poesía que vitaliza las palabras, aquellas palabras que mueren por el goce de cada sentido que le damos.

Hay en momentos que te invita a callar el silencio,

a vivenciar los sentimientos,

a escribir la vida,

a experimentar a través de las palabras hechas música,

a hacer acto de palabra,

a hacer acto la palabra.

Le da blancura a la luz que intenta cegar las sombras de la noche despierta.

Y caen las palabras atravesando la ausencia del límite que roza la búsqueda de la escucha cuando vuelan las palabras.

Son palabras que se caen bien entre ellas.

Palabras que te caen bien.

Palabras que se caen bien.

Son Versos que dan. Di verso di.

Versos diversos. Diverso di.

Versos que dicen. Di verso di.

En resumen “Palabras generosas en escritura viva que dan vida a la escritura”. Gracias Inma

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