
Mónica Unterberger
Miembro de la ELP y la AMP
Vídeoarte, con obras de Lisi Prada.
La obra de Lisi Prada, extensa y original, tiene un largo recorrido ya. Menciones y premios internacionales; exposiciones en múltiples espacios que, dedicados a este nuevo espacio creativo, han encontrado su lugar en el campo del arte, muy ligado a las nuevas tecnologías que atraviesan el campo de lo visual, el campo de lo escópico donde se despliegan.
Un poco de historia.
En 2009 y tras varios años de formación –se licenció en Psicología por la Universidad Complutense, estudió música-, presenta por primera vez su labor creativa y obtiene una Mención Especial en la Academia de las Artes y las Ciencias, de Madrid para una de sus videocreaciones.
Sólo dos años después, en 2011, comenzó a participar en exposiciones colectivas, muestras, festivales nacionales y en más de 50 países.
Su página web y sus Producciones Inmateriales, nombre bajo el que sucede su hacer, dan cuenta del camino recorrido y de la poética que la orienta.
Su obra:
De entrada, impresiona en sus trabajos la presencia cómplice de la mirada, la voz y la palabra.
Esta presencia espectacular de la imagen y su poder de fascinación propia del cine, – como también ocurre en los sueños-, nos es ofrecida en esa pantalla cuyo continuo movimiento hace de atrapa-mirada y es en ello que se presta a la obtención para el sujeto que mira, de algo que se experimenta como satisfacción, como un goce que puede emerger como experiencia de placer o como encuentro angustiante, de rechazo, incluso conmovedor.
Justo es respecto a lo que allí se pone en acto, que importa traer unas breves palabras para acercarnos a la complejidad de lo que nos enseña Lacan en relación al campo escópico, campo que hace falta considerar para captar lo que funciona en todo cuadro, en toda obra artística en la que, si hay algo que se da a ver, hay algo que se muestra.
En su exhaustiva articulación en relación a lo que el arte le enseña, Lacan se detiene en él y establece que, entre el ojo, órgano soporte de lo que se ve, y lo que se llama la mirada, hay esquizia.

En relación a la mirada, nos dice algo sensacional: “lo que engendra la satisfacción que les propia, es que esa satisfacción que engendra siempre le es al sujeto desapercibida”.
Y la especifica como inasequible. Es inasequible a la conciencia, pero podemos darle cuerpo.
La satisfacción, el goce que le es propio, están presentes tanto para el artista como para quien contempla, nosotros los mirones que somos allí, en la pintura, en la fotografía, incluso en la escultura. La creación artística revela así por su hacer, la presencia ineludible de un goce corporal cuyo deseo se causa en vecindad a la mirada.
En el video se añade, si puedo decirlo así, otra función corporal: la voz, que se presta a que algo resuene tanto en la música como en el juego de las palabras.
Notemos cómo es sobre esta esquizia que gravita el trabajo que realiza y desrealiza en sus obras Lisi Prada: ellas dan alimento al ojo y trampa para la satisfacción de la mirada más allá del ver, del pensar y de todo aquello que organiza la conciencia.
Si tomamos en toda su dimensión la presentación que hace Lisi Prada de aquello, que, en sus palabras, fundamenta y empuja su obrar, lo que encontramos no es sino una poética singular que a la vez que vela lo que allí escapa a la visión, eleva y muestra en la repetición, iteración de los elementos de los que se sirve, el exceso inasequible: ese más que pasa desapercibido en la vigilia atrapada por los estímulos cotidianos a los que estamos expuestos. Y es así, por esos medios de goce como se organiza y se especifica la hondura de su estética y de su ética, en la cual la observación de la naturaleza y las formas de la belleza, ocupan un lugar de privilegio.
La palabra, esencial a nuestro ser, esa que nos hace hablantes, y que encontramos ya ahí antes de que incorporemos su estructura de lenguaje, también juega en su obra su parte. Es aquella que desde el punto de vista del psicoanálisis actúa en su función de significante que ordena, agrupa, aferra y realiza el sortilegio de abrir el campo de las significaciones, en las que estamos presos y dan lugar a eso tan esencial al ser que es el deseo, sin el cual, nada es posible.
Tuvimos el placer de contar para acompañar el visionado y la conversación que nos suscitó, a dos amantes del arte y expertos navegantes en esta materia.
Angiola Bonanni, artista con una amplia y estupenda obra de pintura, escultura y video, y que Encuentros con el Arte tuvo ocasión de exponer en nuestra sala principal.
Antonio Alvarado, artista cibernético, plástico y performer, cuenta con obra electrónica, plástica y una tarea de comisario de exposiciones. Una extensa bio muestra la diversa actividad en la que está comprometido.
Coordina: Mónica Unterberger.
Comisión: Miguel Ángel Alonso, Margarita Sánchez- Mármol, Mónica Unterberger
Septiembre 23 de 2023- 20.30hsc/ Reina 31- 1 Dcha. Madrid.

Margarita Sánchez-Mármol
Socia de la sede de de Madrid de la ELP
Lisi Prada: producciones inmateriales.
El día 23 de septiembre se exhibió en el espacio “Encuentros con el Arte” un videofórum de las obras de Lisi Prada bajo el nombre de “VideoAnálisis y PsicoArte” con la colaboración de Angiola Bonanni y Antonio Alvarado, la coordinación de Mónica Unterberger y la presencia de la propia artista en la sede de la Escuela Lacaniana de Madrid.
Lisi Prada es licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Ha estudiado Psicoanálisis en el Ateneo Freudiano. Es autodidacta en el campo audiovisual en el que lleva trabajando diecinueve años. Ha presentado sus obras en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y ha recibido reconocimientos en diversos festivales como MADATAC, Punto y Raya, CEBRA Berlín o FIVAC Cuba.
Desde los inicios, ha desarrollado una trayectoria autoral de extraordinaria singularidad como se puede observar en esta exposición. Reúne parte del conjunto de la obra presentada en el portfolio “Producciones inmateriales” de su página web. La muestra abarca varios ejes discursivos de su trabajo entre los que destaca el psicoanálisis, la filosofía y la historia del arte. A partir de este enfoque, sus vídeos nos invitan a experimentar las imágenes con unos ritmos de contemplación diferentes a los habituales y a descubrir nuevas asociaciones entre las representaciones que componen cada serie desde la complejidad, el doble sentido o la ironía y la sensibilidad.
En esta propuesta expositiva la materia y lo inmaterial adquieren un importante calado. Como sabemos, “materia” proviene de la palabra latina “materia”, la cual a su vez proviene de “mater”, madre o elemento femenino, receptor, fecundable. De “mater” juntamente con “materia” proviene también “materies”, materia, corazón y vida del árbol, perteneciente al vocabulario del campesino y del carpintero. Sin conocer la razón de esta relación con el campesinado y la carpintería podemos añadir que el corazón y la vida es también la materia del artista.
El trabajo experimental de Lisi Prada se inscribe en una práctica artística crítica que teje lo material desde el carácter indefinido, contradictorio, misterioso de lo inmaterial. Así, la inmaterialidad que propone sobre las imágenes del vídeo es el recurso de una palabra nueva, muy próxima a la palabra poética, como recorrido que convoca a lo invisible.
Sus producciones artísticas, desde la más rigurosa y profunda investigación visual, muestran una disposición y una habilidad para hacer de la mirada una forma de tacto y una forma de pensamiento. Junto a su mirada se encuentra la mirada de los otros, pero ¿Somos lo que vemos? ¿Sólo vemos aquello que se mira? Esta es una de las preguntas de su videoensayo “Deriva escópica” (2015). El propósito de esta obra es reflexionar sobre la cultura de la imagen, en este caso, sobre los “selfies” y las miradas asociadas que gravitan sobre un mismo cuadro.
A partir de ahí juega a establecer nuevos códigos desde la experiencia: cuestiona el goce y la satisfacción de la mirada desde afuera o desde dentro de la pantalla de los móviles, expresa la crítica al sistema de masificación en las visitas a los museos e incide en el respeto por la naturaleza y el arte. Estos elementos son comunes en sus “archivos emocionales”, así como el interés por el “acontecimiento” transitado por el compromiso social, las acciones poéticas y el amor por la abstracción.